Sensorial
La integración sensorial es un proceso que ocurre en nuestro cerebro y nos permite organizar y procesar la información proveniente de los diferentes sistemas sensoriales, como la visión, el oído, el tacto, el gusto y olfato.
Cuando la integración sensorial funciona correctamente, nos permite adaptarnos y responder de manera eficiente a nuestro entorno. Pero el cerebro de algunas personas tiene dificultad para organizar y responder a la información captada por los sentidos. Ciertos sonidos, luces, olores, texturas y sabores pueden causar una sensación de “sobrecarga sensorial”.
Este tipo de problemas pueden encontrarse en aquellos niños con Trastorno del deficit de atención con hiperactividad, Trastorno Obsesivo compulsivo, Trastorno del espectro Autista y otros retrasos en el desarrollo, o en niños sin ningún otro diagnóstico.
¿Sabías que existen 7 sentidos?
¡Has leído bien! La mayoría de la gente piensa que solo hay 5 sentidos, ¡pero en realidad hay 7! Entonces, ¿qué son los 7 sentidos?
Vista (Visión)
Audición ( Auditivo )
Olor (olfativo)
Gusto (Gustativo)
Toque (táctil)
Vestibular (Movimiento): el sentido del movimiento y el equilibrio, que nos da información sobre dónde está nuestro cuerpo en el espacio. Nos ayuda a mantener el equilibrio cuando nos sentamos, nos paramos y caminamos.
Propiocepción (Posición del cuerpo ): el sentido de la conciencia del cuerpo, que nos dice dónde están las partes de nuestro cuerpo en relación con los demás. También nos da información sobre cómo usar la fuerza, permitiéndonos hacer algo como romper el cascarón de un huevo sin mancharnos nuestras manos, escribir, jugar y coordinar nuestro cuerpo.
Algunas señales de un problema sensorial son:
Demasiado sensible o poco reactivo al tacto, movimiento, imágenes o sonidos
Nivel de actividad inusualmente alto o bajo
Distraído fácilmente; poca atención a las tareas
Retraso en el habla.
Bajo rendimiento escolar
Problemas de coordinación; parece torpe o débil .
Poca conciencia del cuerpo.
Dificultad para aprender nuevas tareas o descubrir cómo jugar con juguetes desconocidos.
Dificultad con tareas que requieren el uso de ambas manos al mismo tiempo.
Parece estar desorganizado la mayor parte del tiempo.
Dificultad con las transiciones entre actividades o entornos.
Problemas para socializar.
Impulsividad o falta de autocontrol.